Decía Facundo Cabral, poeta argentino, "Me dan miedo los idiotas porque son muchos. Y al ser mayoría, eligen hasta el presidente". Y cuánta razón tenía este señor.
Idiocracy es el título de una película del director Mike Jude ( 2006), en la que nos muestra una sociedad futurista controlada por personas poco inteligentes. Es una ficción, en mi opinión, ya convertida en realidad.
Los últimos estudios, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS),corroboran que desde el año 1975, la inteligencia del ser humano va mermando al paso de cada generación. Pero, ¿por qué?. La inteligencia humana, además de la carga genética de la que depende, también se encuentra influida por nuestro entorno. Ambos factores van a determinar nuestra inteligencia. Y aquí radica el problema que nos lleva a formar parte de una sociedad en la que los inteligentes quedan desterrados, la ciencia y la cultura relegada y la política convertida en un circo en el que los ciudadanos en su conjunto dejamos de ser los protagonistas para cederlo a los "likes" de los nuevos youtubers políticos. Olvidamos que ser político No es una profesión. Ser político significa servir a la ciudadanía. A toda.
¿Cómo combatimos este problema? Con educación . Es ésta la única medicina que nos puede curar de la enfermedad de la ignorancia y la mejor vacuna para prevenirla. Ya comentaba en otro post de los efectos negativos de las pantallas y su efecto en el intelecto, y me reitero en la necesidad urgente de ser responsables. Hemos de enseñar a nuestro hijos e hijas a amar la lectura, la ciencia, la historia, el deporte, la naturaleza, la compasión, las actividades que potencien la creatividad y el espíritu crítico, y sobre todo seamos su ejemplo. Contribuyamos a crear una sociedad digna, donde nos inculquen desde pequeños solidaridad, justicia, curiosidad, pasión por descubrir y aprender, y No superficialidad, impaciencia, maltrato, ignorancia, consumismo, egoismo...
Estamos ya inmersos en una sociedad ficticia que hicimos realidad, en la que sin criterio propio y sin formación No es posible discernir lo real , y evitar ser manipulado. No quiero una sociedad de personas como si rebaños pareciéramos, sólo preocupada por los placeres mundanos, como si de cerebros reptilianos se tratara. Me niego a contribuir a ello. ¿Y tú?.
Lidia Arjona